El sepelio recordó el entierro del “capo” colombiano Pablo Escobar, el jefe del “Cartel de Medellín” que llegó a ofertar el pago de la deuda de su país.
Nacido en una comunidad rural de Barahona, Florián Féliz, de 49 años, fue velado en la funeraria “Los Ángeles”, en medio de expectativas de manifestaciones violentas, en rechazo a su muerte.
Todo transcurrió en calma, y finalmente se dio sepultura a su cuerpo.
Su arresto ocurrió en el año 1996, tras la incautación de un cargamento de drogas de su propiedad en el barco Fénix, anclado para ese entonces en la sureña ciudad de Pedernales.
Por ese caso fue condenado a 20 años y recluido en la cárcel pública de Monte Plata, en el noreste del país, de donde en varias ocasiones intentó escapar.
Dejó en la orfandad a 15 hijos, la mayoría concebidos en prisión, fruto de las mujeres que muchos de sus amigos les llevaban al penal, según llegó a comentar.
El “capo” llegó a disfrutar de muchos privilegios dentro de la prisión. Incluso, existen algunas anécdotas sobre su vida como presidiario. Una de ellas narra una alegada conversación suya y un amigo que lo invitó a un encuentro, estando en prisión
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